domingo, 6 de enero de 2013

Cuando las mamás ayudan a los hijos con sus tareas

Cuando las mamás ayudan a los hijos con sus tareas

Los padres tiene un rol importante en la educación de sus hijos
Muchas madres tienen la creencia de que los deberes y la preparación de los exámenes deben correr por parte del niño, pues es su responsabilidad. Aunque es cierto que la obligación de nuestros hijos es estudiar y cumplir con sus labores académicas, eso no debe significar que todo el peso deba recaer sobre ellos sin que se reciban una guía o ayuda por parte de sus padres y maestros.

En primer lugar, para ayudarle a tu hijo con los deberes de clase debes ser paciente y constante. Por un lado, la paciencia es fundamental para poder dedicarle todo el tiempo que sea necesario a un ejercicio que no sale o un dato que no acaba de ser memorizado con toda la fluidez necesaria.

Por otro lado, tienes que ser lo suficientemente constante y organizar tu horario semanal de manera que puedas dedicar un rato cada tarde a ayudarle a tu hijo con las tareas del colegio. Si solo le ayudas un día el niño se desmotivará y sentirá que no tienes demasiado interés, por lo que no se tomará en serio el trabajo.

Dicho esto, lo primero que debes hacer para ayudarle a tu hijo con los deberes es establecer un horario de estudio diario. Para que el sistema funcione, esa hora tiene que ser inamovible y estar rodeada de una cierta calma y un ambiente de estudio dentro de casa. Además de esto, podéis decorar la mesa o el lugar de trabajo con frases de ánimo, dibujos que os gusten o cualquier tipo de símbolo que sea capaz de estimular al niño.

Una vez elegido el horario de trabajo y estudio, comienza cada día por preguntarle qué ha hecho en clase esta mañana. No vayas directamente a preguntarle cuáles son las actividades que tiene que hacer para el día siguiente. En lugar de eso, pregúntale cómo le ha ido el día, qué le ha resultado más difícil y qué recuerda de cada clase. De esta manera estarás haciendo que se fijen en su memoria muchas de las nociones que ha escuchado durante las explicaciones sin necesidad de memorizarlas de manera repetitiva solo frente al libro.

A la hora de hacer actividades tienes que tener muy presente que tú no eres la que tiene que hacerlas. Son su obligación y su trabajo, y tú, aunque le ofrezcas una guía y todas las fuentes de ayuda necesarias para encontrar la respuesta (el libro de texto, una enciclopedia, Internet, visitas a parques y museos…) no puedes resolver el problema antes que él.

Por último, recuerda que bajo ningún concepto puedes frustrarlo o desmotivarlo si tarda en hacer las tareas o no le sale un ejercicio. Tu labor como madre es apoyarlo, ofrecerle todas las ayudas de las que dispongas y ser paciente. Al final, si haces bien tu trabajo, todo ese esfuerzo se verá recompensado y lograrás subirle la autoestima a tu hijo demostrándole que es capaz de hacer lo que se propone.

Una vez que haya acabado un reto que resultaba difícil para él recuerda que es importante ofrecerle un refuerzo positivo (es decir, una golosina, un rato extra de juegos o de televisión…) para que se sienta recompensado y quiera seguir trabajando así de bien cada día.




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